El Apostolado de la Cruz es una agrupación CATÓLICA, fundada en México, el 3 de mayo de 1894, que fue inspirada a una señora que era esposa y madre de familia y cuyo proceso de beatificación se realizó el 4 de Mayo del 2019: Beata Concepción Cabrera De Armida.
El Apostolado de la Cruz se encuentra inserto dentro de la Familia de la Cruz (Obras de la Cruz) junto a las otras ramas que la integran. A su vez, está organizado en diferentes Centros y Secciones, siendo estas de tipo geográfico, edad, género o estado civil.
Aquí unos textos que nos pueden ayudar a conocer esta Obra
Por indicación del P. Mir se mandó pintar una Cruz del Apostolado al pintor Margarito Vela, y después se mandó labrar la primera Cruz del Apostolado que fue plantada en la Hacienda de Jesús María el 3 de mayo de 1894, dando con ello principio, de alguna manera, al Apostolado de la Cruz; la misma Sra. Armida escribió los Estatutos de esta Asociación y compuso, el 30 de abril de 1894, los cánticos La Cruz del Apostolado y Alza tu frente.
En los meses de febrero a mayo hubo muchas promesas de que esta Obra daría mucha gloria a Dios, y de que se extendería por el mundo en forma de Cruz; he aquí algunos textos:
“Ese Apostolado de la Cruz me dará mucha gloria porque hará una cruz en la tierra. Tendrá sus dificultades como todas mis grandes obras, pero enseñará al mundo lo que no conoce y aborrece: la Cruz” (CC 1, 234: febrero 1894).
“He tenido, diré, lucha por el Apostolado de la Cruz; me ha dicho Jesús y me lo ha repetido que va a hacer mucho bien en el mundo y que por él recibirá gloria y mayor gloria. Claro he conocido que el diablo se opone mucho y de mil maneras, pero es porque el pobre lleva de perder en el asunto” (CC 1, 256: marzo de 1894).
“Dime, mi Jesús, ¿dará de veras mucho fruto este Apostolado de la Cruz? – Sí, dará y por todo el mundo. Una Cruz de tierra lo recorrerá –de Norte a Sur y de Oriente a Poniente- y me dará mucha gloria y arderá el fuego verdadero que vine a traer a la tierra, atizado con el leño santísimo de la Cruz; quitará muchos fuegos fatuos y se abrasarán las almas, martirizándose dulcemente dentro de mi Corazón” (Apuntes Apostolado de la cruz, pag. 20s.).
El nombre de “Apostolado de la Cruz”
El nombre de la Asociación está tomado de un escrito que el P. Alberto Mir, SJ, (director espiritual de Conchita en ese tiempo) le envió a ella en la que le decía: «Quiere Jesús que los dos salvemos almas, cada uno según su estado y empleando los medios que Él dará. Pero este apostolado no puede hacerse sino por medio del apostolado de la cruz…». «Con estas palabras, – dice Conchita – el P. Mir se refería a que yo, por medio de mis sacrificios, unidos a los del Señor, salvaría muchas almas, indicando que sería como un apóstol de la cruz».
Pero, Conchita interpretó la expresión apostolado de la cruz, no sólo como una acción apostólica, que ella debía realizar: «Sentí un mundo de luz que me hizo ver que no sólo yo podía ser apóstol de la cruz, sino miles de almas conmigo».
Es decir, ella pensó una asociación de fieles que viviera el espíritu simbolizado en la Cruz que ella había visto y que llevaría el nombre de Apostolado de la Cruz: «De ahí tomó origen el Apostolado de la Cruz». Esas «miles de almas conmigo», a las que se refiere Conchita, han venido a ser el Apostolado de la Cruz: una asociación de fieles que vive del mismo espíritu que animaba a Conchita, es decir, el simbolizado en la Cruz del Apostolado.
Conchita confirmó su intuición con una visión que tuvo por este tiempo:
“Se llenó mi alma de una gratitud inmensa, y ahora menos puedo dudar que mi Jesús quiere algo, muchísimo de este Apostolado, y que Él es el autor de ello. ¿Qué indicará todo esto? ¿Será que volará por todo el mundo, y eso indicarán las alitas? (Apuntes Apostolado de la Cruz, pag. 29).